Hija de Joaquín Salavarrieta y Mariana Ríos, tuvo seis hermanos. No hay claridad sobre su nombre completo y preciso, como tampoco sobre la fecha y el lugar de su nacimiento. Con relación a su nombre, existen varias fuentes: su padre la llamó Polonia al otorgar el poder de otorgar, y con ese mismo nombre la hizo figurar el presbítero Salvador Contreras al formalizar el testamento, el 13 de diciembre de 1802; sin embargo, su hermano Bibiano, el más cercano en afectos, compañero suyo en Santafé, la llamaba Policarpa; también la llamaba Policarpa doña Andrea Ricaurte de Lozano, en cuya casa vivió y en cuya compañía se hallaba en el momento de ser reducida a prisión; Policarpa la llamó Ambrosio Almeyda, quien conspiró con ella y recibió su protección; en su falso pasaporte, expedido en 1817, se le denominó Gregoria Apolinaria; contemporáneos suyos, como el mismo Almeyda, José María Caballero, José Hilario López ó Francisco Mariano Fernández, la llamaron simplemente la Pola. No obstante, el nombre con el que es más conocida y como posteriormente se le ha denominado en todos los homenajes póstumos, es Policarpa Salavarrieta. Su fecha y lugar de nacimiento también son materia de confusión y debate. La versión más popular dice que ella nació en Guaduas (Cundinamarca) el 26 de enero de 1795.1 Pero nada de ello se ha podido probar por falta de documentos legales. Rafael Pombo afirmó que ella nació en Mariquita y José Caicedo Rojas lo confirmó en Bogotá. En un esfuerzo por reconciliar las diferentes versiones en los libros de historia, la Academia Colombiana de Historia dio su fallo final a favor de la población de Guaduas.2 Aprendió a leer y escribir, lo cual era poco común para una mujer entonces. Después de la muerte de sus padres vivió en Tena durante una epidemia de viruela. Viajó a Santafé de Bogotá, donde trabajó como costurera asalariada para María Matea Zaldía. Se hizo entonces partidaria de la causa patriota y tras la ocupación española de la ciudad el 16 de mayo de 1816, se vinculó con el movimiento clandestino de los hermanos Vicente y Ambrosio Almeyda. Organizaron a jóvenes que habían sido reclutados a la fuerza por las tropas realistas, para desertar del ejército español y conformar guerrillas patriotas que actuaba en Cundinamarca (Chocontá, Suesca, Tenjo y Nemocón). Policarpa fue entonces a Guaduas, algunos dicen que fue maestra, sin embargo para la época era poco probable que una mujer ejerciera esa labor a menos que fuera religiosa. Allí cumplía tareas del movimiento clandestino. Vivía un intenso romance con el también patriota Alejo Sabaraín, a quien había conocido en la clandestinidad. Provista de pasaportes falsos, ella y su hermano llegaron a Santafé asediada por el terror realista. Aparentemente era empleada del servicio doméstico de Andrea Ricaurte Lozano, pero en realidad la casa era el centro de la subversión patriota. Desde allí Policarpa desplegó una amplia labor de información y contactos para los guerrilleros, cuyo movimiento ya coordinaba las fuerzas de los Almeyda con la de guerrillas de Casanare y Arauca, dirigidas por Manuel Röergas de Serviez, Ramón Nonato Pérez y Francisco de Paula Santander.
El arresto de Alejo Sabaraín fue el elemento definitivo para la captura de la Pola, pues Sabaraín tenía una lista de nombres de realistas y de patriotas que la Pola le había entregado. Hasta ese momento, Policarpa se había podido mover hábilmente por la ciudad, porque estaba recién llegada y muy poca gente la conocía; además, su juventud e inteligencia le habían permitido desenvolverse con gran capacidad. El sargento Iglesias, el principal agente español en la ciudad, fue comisionado para encontrarla y arrestarla. Policarpa fue detenida en la casa de Andrea Ricaurte de Lozano, y reducida a un calabozo en el Colegio del Rosario. El Consejo de Guerra la condenó a muerte, el 10 de noviembre de 1817, junto con Sabaraín y otros patriotas más. La hora y fecha determinada para el fusilamiento fueron las nueve de la mañana del 14 de noviembre de 1817. La Pola marchó con dos sacerdotes a los lados. Se resistió un momento a marchar, para poder expresar sus pensamientos a los ministros que la acompañaban. Prosiguió con paso firme hasta el suplicio, y en vez de repetir lo que decían los religiosos, no hacía sino maldecir a los españoles, Mientras marchaba hacia su martirio, exclamó:
“¡Pueblo indolente! ¡Cuan diversa sería hoy vuestra suerte, si conocieseis el precio de la libertad! Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más”.
Las palabras que Policarpa Salavarrieta pronunció antes de morir. «¡Pueblo de Santa Fe! Muero por defender los derechos de mi patria. ¡Cuán diversa sería vuestra suerte si conocieseis el precio de la libertad! Pero no es tarde: Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más, y no olvidéis este ejemplo
soltera
trabajo como secretaria en zamora inmobiliara
estoy en cuarto semestre de adminsitracion publica territorial en la esap. Me encanta estudiar y participar en las clases y espcial mente en la de regimen politico colombiano
3 comentarios:
Hija de Joaquín Salavarrieta y Mariana Ríos, tuvo seis hermanos. No hay claridad sobre su nombre completo y preciso, como tampoco sobre la fecha y el lugar de su nacimiento. Con relación a su nombre, existen varias fuentes: su padre la llamó Polonia al otorgar el poder de otorgar, y con ese mismo nombre la hizo figurar el presbítero Salvador Contreras al formalizar el testamento, el 13 de diciembre de 1802; sin embargo, su hermano Bibiano, el más cercano en afectos, compañero suyo en Santafé, la llamaba Policarpa; también la llamaba Policarpa doña Andrea Ricaurte de Lozano, en cuya casa vivió y en cuya compañía se hallaba en el momento de ser reducida a prisión; Policarpa la llamó Ambrosio Almeyda, quien conspiró con ella y recibió su protección; en su falso pasaporte, expedido en 1817, se le denominó Gregoria Apolinaria; contemporáneos suyos, como el mismo Almeyda, José María Caballero, José Hilario López ó Francisco Mariano Fernández, la llamaron simplemente la Pola. No obstante, el nombre con el que es más conocida y como posteriormente se le ha denominado en todos los homenajes póstumos, es Policarpa Salavarrieta. Su fecha y lugar de nacimiento también son materia de confusión y debate. La versión más popular dice que ella nació en Guaduas (Cundinamarca) el 26 de enero de 1795.1 Pero nada de ello se ha podido probar por falta de documentos legales. Rafael Pombo afirmó que ella nació en Mariquita y José Caicedo Rojas lo confirmó en Bogotá. En un esfuerzo por reconciliar las diferentes versiones en los libros de historia, la Academia Colombiana de Historia dio su fallo final a favor de la población de Guaduas.2
Aprendió a leer y escribir, lo cual era poco común para una mujer entonces. Después de la muerte de sus padres vivió en Tena durante una epidemia de viruela. Viajó a Santafé de Bogotá, donde trabajó como costurera asalariada para María Matea Zaldía. Se hizo entonces partidaria de la causa patriota y tras la ocupación española de la ciudad el 16 de mayo de 1816, se vinculó con el movimiento clandestino de los hermanos Vicente y Ambrosio Almeyda. Organizaron a jóvenes que habían sido reclutados a la fuerza por las tropas realistas, para desertar del ejército español y conformar guerrillas patriotas que actuaba en Cundinamarca (Chocontá, Suesca, Tenjo y Nemocón).
Policarpa fue entonces a Guaduas, algunos dicen que fue maestra, sin embargo para la época era poco probable que una mujer ejerciera esa labor a menos que fuera religiosa. Allí cumplía tareas del movimiento clandestino. Vivía un intenso romance con el también patriota Alejo Sabaraín, a quien había conocido en la clandestinidad. Provista de pasaportes falsos, ella y su hermano llegaron a Santafé asediada por el terror realista. Aparentemente era empleada del servicio doméstico de Andrea Ricaurte Lozano, pero en realidad la casa era el centro de la subversión patriota. Desde allí Policarpa desplegó una amplia labor de información y contactos para los guerrilleros, cuyo movimiento ya coordinaba las fuerzas de los Almeyda con la de guerrillas de Casanare y Arauca, dirigidas por Manuel Röergas de Serviez, Ramón Nonato Pérez y Francisco de Paula Santander.
El arresto de Alejo Sabaraín fue el elemento definitivo para la captura de la Pola, pues Sabaraín tenía una lista de nombres de realistas y de patriotas que la Pola le había entregado. Hasta ese momento, Policarpa se había podido mover hábilmente por la ciudad, porque estaba recién llegada y muy poca gente la conocía; además, su juventud e inteligencia le habían permitido desenvolverse con gran capacidad. El sargento Iglesias, el principal agente español en la ciudad, fue comisionado para encontrarla y arrestarla. Policarpa fue detenida en la casa de Andrea Ricaurte de Lozano, y reducida a un calabozo en el Colegio del Rosario. El Consejo de Guerra la condenó a muerte, el 10 de noviembre de 1817, junto con Sabaraín y otros patriotas más. La hora y fecha determinada para el fusilamiento fueron las nueve de la mañana del 14 de noviembre de 1817. La Pola marchó con dos sacerdotes a los lados. Se resistió un momento a marchar, para poder expresar sus pensamientos a los ministros que la acompañaban. Prosiguió con paso firme hasta el suplicio, y en vez de repetir lo que decían los religiosos, no hacía sino maldecir a los españoles, Mientras marchaba hacia su martirio, exclamó:
“¡Pueblo indolente! ¡Cuan diversa sería hoy vuestra suerte, si conocieseis el precio de la libertad! Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más”.
Las palabras que Policarpa Salavarrieta pronunció antes
de morir. «¡Pueblo de Santa Fe! Muero por defender los derechos de
mi patria. ¡Cuán diversa sería vuestra suerte si conocieseis el precio
de la libertad! Pero no es tarde: Ved que aunque mujer y joven, me
sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más, y no olvidéis
este ejemplo
muyyy vacano
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